martes, 8 de mayo de 2012

Españoles




Ramón Silvestre Verea García.
Estudió en Santiago de Compostela. Emigró a Cuba dónde trabajó como maestro y escribió dos novelas, «La cruz de piedra» y «Una mujer con dos maridos». En 1865 se traslada a Nueva York, dónde inventará su máquina de calcular, la primera que realizaba multiplicaciones de forma directa en vez emplear múltiples vueltas de manivela. La oficina de patentes estadounidense le concedió la patente el 10 de septiembre de 1878 (número 207.918), el mismo año en el que ganó una medalla de la Exposición Mundial de Inventos de Cuba.
Su calculadora era una máquina de unos 26 kilos de peso, 14 pulgadas de largo, 12 de ancho y 8 de alto, capaz de sumar, multiplicar y dividir números de nueve cifras, admitiendo hasta seis números en el multiplicador y quince en el producto. La multiplicación la resolvía mediante un método directo basado en un mecanismo patentado por Edmund D. Barbour en 1872, que empleaba un sistema que obtenía valores de una tabla de multiplicar codificada de manera similar al sistema Braille. El aparato podía resolver 698.543.721 x 807.689 en veinte segundos, una velocidad sorprendente para la época. No obstante, Verea no perseguía más que demostrar que los españoles podían inventar igual que los estadounidenses, por lo que su invento sólo dejó huella en la historia de la computación como base para futuras máquinas, como la de Otto Steiger. Su máquina se conserva en los depósitos de la sede central de IBM, en White Plains (Nueva York) formando parte de la colección iniciada en 1930 por el fundador de IBM.


 
Leonardo Torres Quevedo 
Fue un ingeniero de Caminos, matemático e inventor español de finales del siglo XIX y principios del XX.
Nació el 28 de diciembre, en Santa Cruz de Iguña, Molledo (Cantabria). Comienza a ejercer su carrera en la misma empresa de ferrocarriles en la que trabajaba su padre, pero emprende enseguida un largo viaje por Europa para conocer de primera mano los avances científicos y técnicos, sobre todo en la incipiente área de la electricidad.3 De regreso a España se instala en Santander donde él mismo sufragará sus trabajos e inicia una actividad de estudio e investigación que no abandonará. Fruto de las investigaciones en estos años aparecerá su primer trabajo científico en 1893.

 Maquinas analogicas de calculo 

Las máquinas analógicas de cálculo buscan la solución de ecuaciones matemáticas mediante su traslado a fenómenos físicos. Los números se representan por magnitudes físicas, que pueden ser rotaciones de determinados ejes, potenciales, estados eléctricos o electromagnéticos, etcétera. En 1895 presenta la Memoria Sur les machines algébraiques en un Congreso en Burdeos. Posteriormente, en 1900, presentará la Memoria Machines á calculer en la Academia de Ciencias de París. En ellas, examina las analogías matemáticas y físicas que son base del cálculo analógico o de cantidades continuas, y cómo establecer mecánicamente las relaciones entre ellas, expresadas en fórmulas matemáticas. Su estudio incluye variables complejas, y utiliza la escala logarítmica. Desde el punto de vista práctico, muestra que es preciso emplear mecanismos sin fin, tales como discos giratorios, para que las variaciones de las variables sean ilimitadas en ambos sentidos.

En el terreno práctico, Torres Quevedo construyó toda una serie de máquinas analógicas de cálculo, todas ellas de tipo mecánico, una de ellas es El Ajedrecista, presentado en la feria de París de 1914.El móvil es un disco o un tambor graduado que gira en torno a su eje. Los desplazamientos angulares son proporcionales a los logaritmos de las magnitudes a representar.


 Manel Puigbó Rocafort

Manel Puigbó Rocafort nace en Tarrasa, el 31 de agosto de 1931. Se licencia como Perito Industrial Textil (1948) y Perito Industrial Eléctrico (1954). Simultanea estos primeros estudios con un trabajo en los Talleres Agut, relacionado con automatismos basados en relés y contactores electromagnéticos. Allí comienza a interesarse por los sistemas de automatización lo que, tras algunas colaboraciones con AEG Ibérica y la delegación en Barcelona de la empresa FEMSA Fabrica Española de Magnetos S.A., le anima a ampliar sus conocimientos desplazándose en 1959 a Suiza para trabajar en la empresa Mauherhofer y Zuber, participando en proyectos relacionados con líneas de alta tensión y la señalización automática de ferrocarriles.

Se traslada después a Bruselas, en donde estudia dos años de Informática y Electrónica Industrial, y en 1961 consigue una beca de investigación de la Fundación Juan March para realizar un desarrollo basado en automatismos a secuencias por medio de elementos estáticos. El proyecto lo realiza como becario ayudante de investigación en el laboratorio de los
Ateliers de Constrution Electriques de Charleroi (Belgica), y consiste en el montaje y pruebas del control de tráfico optimizado para un cruce a la salida de Bruselas.

En 1962 regresa a España y trabaja durante un tiempo para el ayuntamiento de Barcelona, en el control de tráfico y red semafórica por ordenador. Ese mismo año abandona dicho puesto y se incorpora como docente a la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Barcelona, en el Laboratorio de Electrónica. En 1968 se presenta a unas oposiciones para Maestro de Taller, consiguiendo la plaza y entrando a formar parte del personal del Instituto de Cibernética (concretamente en el Laboratorio de Servomecanismos).


En paralelo a su labor lectiva, se emplea en 1966 en el Laboratorio de Desarrollo de la empresa L.M.E. (Laboratorio de Metrología Electrónica) para diseñar equipos para la enseñanza de electrónica y automatismos. Al cerrar dicha empresa en 1975 pasa a formar parte del personal de Distesa, en donde es nombrado director técnico de laboratorio. De las colaboraciones con estas dos firmas surgirían varios equipos destinados a la enseñanza, entre los que pueden mencionarse:
  • Panel "Kentel" para realizar montajes electrónicos de prueba. Fue su primera patente.
  • Calculadora Analógica CA-600.
  • Calculadora Digital CD-500.
  • Prototipo basado en el microprocesador Intel 4004, presentado en la feria de material didáctico Didacsec.
  • Microordenador Kentelec 8, basado en el Intel 8008 (y posteriormente 8080).
  • Lectora óptica de marcas Evalec 24, para la correción automatizada de examenes tipo test, que también sería adquirida por la ITV para la revisión de vehículos.
  • Laboratorio de Idiomas, controlado mediante el microprocesador Zilog Z80.
  • Kentelab, para el estudio de circuitos integrados.
  • Diversos equipos para el análisis de circuitos digitales.

También puede destacarse el diseño y fabricación de ocho unidades de microprocesador para la Escuela de Ingenieros, concretamente para el laboratorio de Automática, que se utilizaban para hacer practicas estudiando la respuesta en frecuencia de servosistemas. Podian trabajar tanto en Ensamblador como en Basic, y tenian una placa de E/S, una placa de memoria, una placa de PROMs, y la placa de CPU.

En su haber figuran también traducciones al castellano de diversos libros técnicos, tanto en inglés como en francés, y varios artículos publicados en diferentes revistas. La Academia de Ciencias de la U.R.S.S. elaboraría, además, un artículo sobre un desensamblador de Z80 que Puigbó programó directamente en código máquina.


Por último es necesario mencionar sus logros en el terreno deportivo pues, como el propio Puigbó destaca con cierta ironía, esta faceta suya es en realidad más conocida que sus aportaciones en el campo de la informática:
En hockey sobre hielo ha ganado dos campeonatos de España, y ha sido entrenador del F.C. Barcelona.



 


















No hay comentarios:

Publicar un comentario